«Paris – When it Sizzles» (1964)
crepúsculo en la torre
Esto es un caso de estudo interesante:
Como filme, no hay muchas cosas buenas aqui. Dirección simples, edición banal, nada relevante, es una producción de viejos días, pero peor que otras que crearam y que han seguido el mismo modelo.
Como entretenimiento, perdió el valor que pueda eventualmente haber tenido en su día. Y eso no es algo específico de este filme. La comédia romántica tiene que ser el género que queda desactaulizado más facilmente, porque lida con necesidades y exigencias de la audiencia muy específicas de su momento. Por eso, este filme está tan desactualizado hoy como cualquiera de las comédias romanticas de hoy lo estará en 50 años.
La actuación de los actores principales es tolerable aunque hemos visto a Hepburn, Holden y Curtis hacer mucho mejor en otros de sus filmes. Y aunque esto no se adecue tanto al personaje tipo de Audrey, aún asi tenemos su clase, la más sublime en la filmolandia.
Pero hay algo que hace este filme notable y una pieza única que tendrás eventualmente de ver, si te importa el cine y el cambio que los franceses hicieron al inizio de los años 60. Por eso tenemos un filme sobre escrita de filmes. Desde el inizio podemos comprender que vamos a mirar un filme que se hace a si mismo, que se inventa mientras evolui. Naturalmente, el personaje principal tendría que ser un escritor, y una dactilógrafa, que sin querer viene a ser ella misma una escritora. Tenemos dos niveles: el de la realidad de la habitación de hotel en Paris, que ya es asumidamente artificial (por eso Holden dice que ordenó que pusieran la torre Eiffel allí para que él supiera que estaba en Paris) y el nivel del filme dentro del filme, una realidad provisória, siempre en camibo, y afectada por lo que pasa en la habitación. Estos cambios constantes en el filme dentro del filme daria el entretenimiento aqui (Tony Curtis intenta ser gracioso, y lo consigue).
Pero lo que hace esto realmente interesante es la conexión francesa: hay un montón de referencias explícitas a la nouvelle vague que atingia Paris y el cine francés esos días. Esas referencias siempre son chistes, que hablan de filmes donde nada se pasa. Y tenemos este filme como el opuesto de todo eso, un festival para el ojo, donde la narrativa esta llena de eventos, independentemente del estúpido que suenan, incluso en el proprio contexto del filme, incluso en el proprio contexto del filme dentro del filme! Lo que tenemos es la moda antigua, y eso es asumido. Y el campo de batalla es Paris, al mismo tiempo el palco de la nueva vaga, donde los cambios profundos ocurren, y uno de los locales más apreciados por los «viejos dias», uno de los sítios más utilizados en la historia del cine, con todos sus lugares icónicos, cargados con simbolismo en el cine americano pos-guerra. Eso es lo que se juega aqui: la ascensión de nuevos paradigmas, que amenazó el «cine americano» para las masas. Por eso el título provisório para el filme dentro del filme era «La mujer que robó a la torre Eiffel».
La decadencia del personaje de Holden (que es un espejo de lo que Holden, él mismo, estaba pasando esos días) puede ser entendida con un peso simbólico. Los años 60 fueron una década de cine europeo brillante, que Hollywood solo acompañaria liderado por la llamada generación Vietname.
El beso que vende palomitas, esa es la escena que queda más fuerte de este filme, por la forma como rellena sus proprios clichés asumidos, y porque es el crepúsculo de un cierto tipo de filme. Ah, y teníamos a Audrey…
Mi opinión: 3/5 un filme malo que tienes necesariamente de ver.